Raúl Fernando Daza De La Cuba
Un día salí temprano de casa, armado con mi cámara, mis ojos y por supuesto con mi enamorada; claro está que era un paseo familiar, estaba mis padres y hermanas.
Ajetreado con la vida en la ciudad empezamos rumbo a un camino desconocido.
Para empezar subimos todos al carro y le echamos 50 de gasolina tomamos rumbo al lado derecho de la ciudad, cuesta arriba se veía los estragos de la lluvia de la noche pasada derrumbes en la carretera y caminos bloqueados por las piedras enormes que caían, sin darle importancia subimos las cuestas y de pronto sin darnos cuenta estábamos en una zona tranquila donde las casas aparecían después de 400m. Pero si hablamos de la vegetación ya no avía lugar para una rama más.
Asombrado por el paisaje empecé a emocionarme con lo que veía, no podía apoyar la cabeza al asiento, pero si quería lanzarme a los pastizales, de verdad era placentero, las fosas nasales se abrían respirando aire puro y fresco, ganas de gritar no me faltaban como decía mi abuelo ya fallecido "lo primero que hago al llegar al campo es tomar aire gritar con todas mis fuerzas y volver a tomar aire lentamente". Mis pensamientos eran libres de ventanas, autos, gente y bulla, estaba libre de ver lo común.
De pronto todo se oscureció mire al frente a ver qué pasaba y estábamos ahí en medio de un túnel donde la filtración de agua simulaba una lluvia capaz de mojarte con una sola gota, el asombro de ver más allá la salida o ver un techo natural sobre nuestras cabezas.
Seguíamos el camino y nos encontrábamos mas túneles y un riachuelo que cruzaba el camino con la potencia de una catarata, felizmente mi carro era un bocho, un sapo, un escarabajo, etc. como quieran llamarlo, pasamos el riachuelo sin dificultar y seguíamos en camino.
En un momento llego la hora de salir del carro, camino a pie aunque seguía el camino para auto preferimos caminar "no hay nada como sentir las piedras crujir bajos tus pasos" caminando y jugando, tomando un par de imágenes, tan hermoso paisaje y el clima templado, caminamos bajo techos de piedras hasta llegar al rio mas rápido e inclinado que pude ver semejante a una catarata. Momento de asombro y ya que, a sacar la cámara ese paisaje tenía que quedar gravado.
Armado de valor pude caminar hasta la mitad de dicha "catarata" temeroso tome un par de fotografías a la cumbre y regrese a lado de mi enamorada. Hasta llegado el momento de retornar. Paso a paso caminamos de retorno con una sonrisa en el alma y los pulmones llenos de aire puro. De pronto peque un grito... asombro, jamás escuche un ECO después de 1 segundo de retraso, mi voz era idéntica y no deje de gritar.
Paso a paso seguimos caminando y cruzar el túnel con el charco de agua a lado nuestro y las gotas inmensas sobre nosotros una luz que nos decía donde llegar, mirando los muros era piedra pizarra, ya sabíamos por que la filtración típica de ese tipo de rocas. seguimos el camino hasta llegar el momento de retornar al auto, despedirnos de tan maravilloso paisaje y llegar de nuevo a la ciudad, claro que tenemos los recuerdos y las ganas de seguir llegando más allá de lo que vemos.
Raúl Fernando Daza De La Cuba
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